Síndrome de Down y alzhéimer: una relación muy estrecha

El síndrome de Down es la discapacidad intelectual más frecuente y la primera causa de alteración genética humana. Se define por la presencia de una copia extra del cromosoma 21, teniendo tres en vez de dos copias de este y por ello, también se le conoce como trisomía 21.

Continuar leyendo

Afortunadamente, en las últimas décadas ha existido un incremento exponencial de la esperanza de vida de las personas con síndrome de Down: de los 35 años a principios de la década de 1980 se ha pasado a una esperanza de vida actual cercana a los 65 años. No obstante, dicho incremento de la esperanza de vida, junto con un envejecimiento más precoz (factor corrector de +20 años de la edad biológica con respecto a la edad de nacimiento), ha aflorado la relación del síndrome de Down con varias enfermedades asociadas a la edad adulta tardía como es el caso de la enfermedad de Alzheimer.

Desde el año 2013 se conoce al síndrome de Down como una forma genéticamente determinada de la enfermedad de Alzheimer. Cabe señalar que la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por depósito anormal de dos proteínas (amiloide y tau) y que precisamente el precursor de la proteína amiloide (APP) está localizado en el cromosoma 21. Por tanto, el tener una copia extra del cromosoma 21 y con ello también del gen precursor de amiloide, induce un mayor y más precoz depósito de amiloide. Ello junto con el envejecimiento más precoz es el responsable de que el cien por cien de las personas con síndrome de Down presenten las huellas anatomopatológicas (tau y amiloide) definitorias de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro para la edad de cuarenta años.
 

El 90% de los sujetos con síndrome de Down desarrollan síntomas por la enfermedad de Alzheimer para la edad de 60 años.

Eso sí, desde la aparición de dichos cambios en el cerebro hasta la aparición de los síntomas por la enfermedad, el tiempo es variable en función, entre otros, de la presencia o no de otros factores de riesgo reconocidos en la población general como los genéticos (alelo ε4 gen APOE) y/o la existencia de otras enfermedades asociadas como la epilepsia.

Aun así, se estima que la edad media de diagnóstico de enfermedad de Alzheimer en fase de deterioro cognitivo ligero (fallos cognitivos objetivos pero sin empeoramiento de su grado de autonomía previa) es a los 51 años y la de demencia (el deterioro cognitivo cuando ya existe pérdida de autonomía previa) es a los 53 años, y se calcula que aproximadamente el 90% de los sujetos con síndrome de Down desarrollan síntomas por la enfermedad de Alzheimer para la edad de 60 años.

Es evidente que diagnosticar una enfermedad de Alzheimer en personas con discapacidad intelectual es más complejo, pero es posible y es necesario hacerlo ya desde fases sintomáticas precoces. Requiere de una evaluación neurológica y neurospicológica adaptada y de disponer del acceso a los biomarcadores diagnósticos de la enfermedad de Alzheimer. Además, el rendimiento diagnóstico de los biomarcadores es igual que en la población sin discapacidad intelectual y el arsenal terapéutico del que se dispone para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer también.  No obstante, hay algunos condicionantes médicos que se asocian a la enfermedad de Alzheimer en síndrome de Down como son la epilepsia de inicio tardío (más del 50%) y el síndrome de apneas del sueño (más del 70%), que pueden agravar su impacto cognitivo y funcional, pero que son potencialmente tratables y parcialmente modificables.

Por último y no menos importante, la investigación en población con síndrome de Down es necesaria y el no hacerlo es una manera más de discriminar. La naturaleza genética de la enfermedad de Alzheimer en esta población y una menor variabilidad que en la población general en lo que respecta a cambio temporal de biomarcadores diagnósticos, inicio de síntomas y duración de la fase sintomática de la enfermedad, permite desarrollar estrategias de intervención tanto farmacológicas como no farmacológicas que potencialmente podrían ser más eficaces que en la población general. A su vez, la información obtenida gracias a las personas con síndrome de Down puede ser aplicada a la enfermedad de Alzheimer en la población general. 

La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por depósito anormal de dos proteínas (amiloide y tau). Precisamente el precursor de la proteína amiloide (APP) está localizado en el cromosoma 21, que es del que las personas con Síndrome de Down tienen una copia extra.